Por Carla Heiras
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Como todos sabemos la creatividad se refiere a la capacidad del ser humano por inventar, crear cosas, solucionar problemas y enfrentar situaciones de una manera diferente. Cuando esto sucede, surge en nuestro pensamiento una idea nueva que parece un hallazgo único e irrepetible.
Así que la creatividad está ahí, latente en cada individuo, sin importar género, edad, ni pensamiento ideológico. Contamos con un potencial creativo, listo para utilizarse en el momento que sea necesario.
Sin embargo, no todos tenemos la capacidad de hurgar en nuestra mente y permitir que salgan las nuevas ideas. Desconozco el motivo, pues mi fuerte no es el psicoanálisis, pero supongo que solamente se debe a que pensamos que estamos limitados a inventar, dado que algunas cabezas son más analíticas, matemáticas y racionales que otras.
Pero si echamos un vistazo a nuestra consciencia, todos nos acordaremos de haber estado en una situación complicada de la cual logramos salir gracias a que surgió nuestra faceta creativa. O ¿qué tal florece cuando un amigo nos pide un consejo para la decoración de su hogar o para la solución de un problema?
La creatividad es esencial para conocernos a nosotros mismos ya que nos permite la expresión de nuestros pensamientos, emociones y sentimientos. Es, sin duda, la transición de lo que construye la imaginación para plasmarlo en la realidad.
Imaginar, crear, inventar y expresar, inspira la comunicación, construye la autoestima, promueve la tolerancia y fomenta ideas nuevas que ayudan a construir una sociedad más integral, permisible e incluyente.
Como mexicanos debemos aprovechar que nuestra cultura nos permite atrevernos a encontrar una solución, simple, sencilla pero efectiva, que resuelve el problema de manera inmediata aunque no necesariamente duradera, pero que asegura nuestra subsistencia en un mundo competido y radical.
Por eso, es momento de dejar que salga nuestro creativo de closet que nos permita pensar crear, expresar, y actuar diferente para el logro de nuestros objetivos.