
La pandemia y sus efectos
El 12 de marzo todavía, no sabíamos que el mundo se detendría. No sabíamos que nuestras vidas cambiarían. No imaginábamos que pasaríamos el resto del año resguardados de un virus no mortal (en su mayoría) llamado COVID 19, que pondría en jaque a la educación, la economía y a algunos gobiernos.

Pero a las personas, las obligaría a mirar hacia adentro. Empezaríamos a dejar de correr a todos lados, para empezar. A voltear a ver a lo importante: nuestra casa, nuestra familia, nuestro interior. Toda esta situación, nos obligaría a reinventarnos, desde lo económico, creando nuevas fuentes de ingresos, hasta lo social, celebrando reuniones y clases de manera electrónica.
Otro segmento enorme de la población, se calcula en 65% se disputaba la vida entre contraer el virus o salir a ganarse el pan del día.
Hoy pudimos seguir conectados al exterior en un momento donde la tecnología permite el acceso a tanta información y a diversos contenidos para entretenernos, a grandes, chicos y mayores. Y afortunadamente pudimos ir descubriendo métodos para vivir y sobrevivir ante una amenaza parece no acabar en el mediano plazo, y que se está volviendo una situación endémica.
El comercio electrónico se incrementó más de 300%* en Latinoamérica. Tiendas virtuales interactivas, Inteligencia artificial y big data y SEO, acaparan la conversación en términos económicos.
Esta pandemia, definitivamente nos hizo mirar para adentro, y descubrir lo bueno y malo de todos. La esencia.
Lo bueno, lo malo y lo feo de la Pandemia
Lo bueno: existe gente que descubrió que podría entregar su tiempo y dedicación a los otros. Otros, hallaron que tendrían más talentos de los que esperaban. Muchos nos reintentamos incluso con negocios nuevos. Las familias se vieron, se reencontraron, las madres re-conocimos a nuestros hijos.
Lo malo: las familias disfuncionales, se llevaron un extremo, haciendo que la violencia familiar se incrementara en más de 60%**. Seis de cada 10 menores, de 1 a 13 años sufre violencia en su hogar. También los casos de depresión y ansiedad se han incrementando, dando como resultado que entre el 30% y 20% de las personas presenten alguno de estos síntomas, y en algunos países hasta 50%.
Lo feo: el incremento de muertes en países que dejaron pasar el virus como si no fuera real. El control en fronteras, la falta de pruebas y sobre todo, la falta de control en medidas sanitarias, no pudo hacer que casi cuatro meses de confinamiento y detención de la economía pudieran reducir las cifras elevadas de contagios y decesos. Por más que un 35% de la población hiciera el esfuerzo mayor, quedándose en su casa.
Hoy, es una realidad: oficialmente, 32,029,704 personas en el mundo han sido contagiadas, de las cuales 979,212, es decir el 3% de los contagiados, han perdido la vida por contraer el virus, o que éste provocara complicar algún padecimiento existente. Y en México, 75,439 personas han muerto, y esta situación parece no mejorar.
Esta pandemia, definitivamente nos hizo mirar para adentro, y descubrir lo bueno y malo de todos. La esencia.
*La República, Bogotá.
**Forbes México, junio 2020.
***Medicina Digital México, julio 2020.